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La Europol alerta de los peligros del uso que hacen los delincuentes de ChatGPT

Desde su lanzamiento a finales del mes de noviembre, la inteligencia artificial ChatGPT se ha convertido en uno de los servicios de Internet que más ha crecido en los últimos meses, superando los 100 millones de usuarios en sus dos primeros meses de vida.

Una tecnología que, gracias a su capacidad de generar textos similares a los escritos por los humanos, puede beneficiar tanto a las empresas como a los usuarios. Sin embargo, la Europol, el órgano encargado de facilitar las operaciones de lucha contra la delincuencia en el seno de la Unión Europea, subrayó que también representa un desafío para la aplicación de la ley, ya que los ciberdelincuentes pueden explotar sus usos de forma maliciosa.

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«Los delincuentes suelen explotar rápidamente las nuevas tecnologías y ya han sido vistos explotando estos usos criminales, proporcionando los primeros ejemplos prácticos apenas unas semanas después del lanzamiento público de ChatGPT», se puede leer en el primer informe presentado por la entidad el pasado lunes y titulado 'ChatGPT: el impacto de los modelos de lenguaje extenso en la aplicación de la ley'. Un documento que proporciona una descripción general del posible uso indebido de las tecnologías IA, como ChatGPT, que ofrece una perspectiva de lo que aún puede estar por venir.

Usos maliciosos de ChatGPT

Los expertos identificaron una serie de casos de uso ilegal de ChatGPT que también persisten en el modelo más avanzado de OpenAI, GPT-4, donde el potencial de las respuestas dañinas del sistema es incluso más avanzado.

Como ChatGPT puede generar información de lectura, Europol advierte que dicha tecnología emergente puede acelerar el proceso de investigación de un delincuente sin conocimiento previo de un área delictiva potencial como: allanamiento de morada, terrorismo, ciberdelincuencia o abuso sexual infantil. «Si bien toda la información que proporciona ChatGPT está disponible gratuitamente en Internet, la posibilidad de usar el modelo para proporcionar pasos específicos al hacer preguntas contextuales revela que es significativamente más fácil para los actores malintencionados comprender mejor y, posteriormente, llevar a cabo varios tipos de delitos», expone el informe.

Por otro lado, el phishing, la práctica de enviar un correo electrónico falso para que los usuarios hagan clic en un enlace, es, según Europol, un área de aplicación crucial. En el pasado, estas estafas eran fácilmente detectables debido a errores gramaticales o de idioma. Sin embargo, gracias a la utilización de estas tecnologías, el texto generado por la IA permite estas suplantaciones de forma mucho más realista.

De manera similar ocurre con el fraude en línea, ya que permite la posibilidad de crear una participación falsa en las redes sociales que podría ayudar a pasar como legítima una oferta fraudulenta. En otras palabras, gracias a estos modelos, «estos tipos de phishing y fraude en línea se pueden crear de forma más rápida, mucho más auténtica y a una escala significativamente mayor».

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Más de 32.000 personas han sido estafadas en línea en Ecuador, desde 2020

Hace un par de semanas, Valentina intentó vender su celular, de alta gama, en distintas redes sociales, pero durante el proceso de venta, se encontró con al menos 7 personas que parecían querer estafarla.

 

"Era uno seguido de otro. Incluso llegué a pensar que el mismo estafador como no pudo robarme en su primer intento, probó desde otros números”, relata.

Sus sospechas iniciaron, cuenta la emprendedora guayaquileña de 25 años de edad, cuando se percató que las conversaciones que tuvo con los interesados, tenían un común denominador: ninguno de ellos podía retirar el equipo y necesitaban de un ‘familiar’ para hacerlo.

Luego otra pista la alertó aún más: algunos le aseguraban que le harían la transacción del pago mediante Mercado Libre y que ella posteriormente podría cobrar su dinero. Sin embargo, Valentina nunca encontró la posibilidad de cobrar mediante la página, pues en Ecuador aun no está habilitada esa opción.

Finalmente un hecho confirmó sus dudas y la empujó a quitar la oferta de Internet. “El perfil de una mujer, llamada supuestamente Ana Charcopa, me contactó y después de acordar el pago en efectivo, se disculpó y dijo que no podría encontrarse conmigo, pero que enviaría a un mensajero y que el pago lo haría por depósito. Acepté y minutos después recibí una foto con el comprobante de pago, cuando llamé al banco me dijeron que el cheque tardaría de 24 a 48 horas en efectivizarse. Llamé a la mujer y le dije que una vez que se haga efectivo el depósito, le daría el celular. Lo discutimos un rato y luego, simplemente, me bloqueó”, detalla.

No con la misma suerte corrió Yulexi Chávez, otra joven emprendedora que vende zapatos para mujeres. “Vi en Instagram una página llamada ‘Grupo Crear publicidad’ al que se le encarga bolsas y cajas de cartón personalizadas. Le hice un pedido, con el logo de mi negocio. Le hice la transferencia del $ 150, pero nunca me enviaron el encargo y el supuesto dueño me bloqueó de WhatsApp”, cuenta con tristeza.

Valentina estuvo a punto de caer en la trampa y Yulexi sí fue víctima de ese mal que deambula en Internet y que desde que inició la pandemia de la covid-19, ha tomado fuerza en Ecuador: las estafas.

De acuerdo a las cifras facilitadas por la Fiscalía General a EXPRESO, desde el 2020, hasta los 3 primeros día de agosto, se han hecho 32.525 denuncias por estafas en Internet, en el país.

Solo el año pasado, cuando a causa de la covid-19 se dieron confinamientos largos y estrictos en casa, hubo 18.427 denuncias por este delito, superando la cifra del año 2019, que cerró con 17.058 quejas por esta infracción.

Las cifras de este año muestran una creciente. De enero hasta inicios de agosto, las denuncias por estafas sumaron 14.098, a nivel nacional. Esta cantidad es superior a la cantidad de denuncias durante ese mismo periodo, pero del año pasado, que fueron de 9.849.

El aumento coincide con la potenciación del teletrabajo, las clases online y de los miles de emprendimientos y tiendas en línea que surgieron a raíz de la pandemia.